Las Castañuelas
LAS CASTAÑUELAS
Al hablar del baile español, inmediatamente se piensa en las
castañuelas, pues ellas contribuyen a darle ese carácter peculiar que lo hace
único
Historia de las Castañuelas
Los orígenes de la castañuela se remontan a la prehistoria; dado que el
baile está basado en el ritmo y es uno de los medios de expresión artística más
primitivos, se puede conjeturar que la castañuela fue uno de los primeros
instrumentos musicales creados por el hombre. Las castañuelas primitivas se
encuentran en todos los continentes, como testimonio de pasadas civilizaciones
que se usan todavía hoy en algunas de sus antiguas formas, o en una versión más
elaborada, como ocurre en España.
El precedente más antiguo de lo que hoy conocemos como castañuelas se sitúa en
el Paleolítico, y fue hallado en Ucrania; se trata de unos brazaletes formados
por aros de marfil, los cuales, al chocar entre sí, producen un sonido armonioso.
Posteriormente, podemos encontrar testimonios del uso de este tipo de
instrumentos en las civilizaciones egipcia, china, cartaginesa o griega.
Sin embargo, a pesar de
la influencia que estas civilizaciones hayan podido tener en culturas
posteriores, se considera que el verdadero origen de nuestra castañuela es la
"crusmata" ibérica (lo que ahora es España), formada por dos piezas
de madera, dos grandes conchas marinas o dos piedras planas, que los bailarines
y los músicos hacían sonar sujetándolas entre los dedos y la palma de la mano.
A diferencia de los demás idiófonos occidentales, que tenían sus dos elementos
sueltos, en la crusmata ibérica éstos iban sujetos por un cordón pasado a
través de agujeros.
Como comentamos
anteriormente las castañuelas son un instrumento de percusión con siglos de antigüedad;
algunos dicen que su origen se remonta al año 1000AC, a los fenicios, una
cultura inminentemente comercial, que prospero en los países de la cuenca del
mediterráneo: Grecia, Turquía, Italia, España, etc. Sin embargo, a través de la
historia, ha sido España el país que ha conservado y ha desarrollado su uso
desde entonces, las castañuelas son parte del patrimonio cultural de España,
(se consideran el instrumento nacional del país). Así, las castañuelas se
utilizan generalmente para dar color y un carácter español a la música.
La castañuela española es la única
que ha ido evolucionando a través del tiempo, a diferencia de lo ocurrido en
los demás países, donde permanece en su forma de origen. Ha ido cambiando,
adaptándose a las necesidades del intérprete o del bailarín, hasta adquirir la
forma ideal para la buena ejecución de los ritmos que acompañan el canto y el
baile. Sobre lo ocurrido desde la crusmata hasta las castañuelas de hoy se
pueden hacer todo tipo de conjeturas. La imaginación del bailador del pueblo
trabaja con su instrumento, hecho por él, y busca la manera de adaptarlo mejor
a sus facultades, introduciendo innovaciones técnicas para lograr un manejo más
fácil y un mejor sonido.
Su tamaño, forma
y decoración varían según la zona y el uso. En un principio, las castañuelas se
usaban atándolas a los cuatro dedos y agitándolas con la muñeca; también, para
algunos tipos de bailes folklóricos españoles, puede fijarse al dedo medio.
Pero a comienzos del siglo XVIII se produce un gran cambio en el mundo de la
castañuela. Las razones se debieron al nuevo sistema de fijación en el dedo
pulgar, y al auge que tomaron algunos de los bailes de la Escuela Clásica
Española, como las seguidillas o los boleros, que se interpretaban acompañados
por el repiqueteo de las castañuelas. Es en este momento cuando nace la
castañuela clásica o de bolero, con una forma muy semejante a la que se utiliza
hoy día.
Todo lo sembrado en el
siglo XVIII fructifica en el XIX, cuando la castañuela adquiere una importancia
definitiva en España. En 1807 se creó la Academia de Baile Teatral, Música y
Gesticulación, a fin de proteger el baile español y preservar la pureza de su
estilo de cualquier influencia extranjera, haciendo especial hincapié en la
obligación de acompañar los bailes con castañuelas.
Características
En cuanto al nombre de
la castañuela, parece ser que procede de la palabra del latín antiguo castanea,
o sea, castaña. Esta palabra se ha ido transformando poco a poco en castañita,
castañeta y castañuela; seguramente fue el color que tomaban estos instrumentos
por el uso y el tamaño de los más pequeños lo que decidió la adopción de este
último nombre.
Un par
de castañuelas consisten en dos pedazos de madera especial que son en forma de
platillo profundo, generalmente de castaño, aunque se han utilizado otras
maderas y materiales en épocas más contemporáneos. Se perfora cada par para
poner una cuerda ornamental, que se coloca alrededor del pulgar.
Un par
de castañuelas se compone de un macho y una hembra. La hembra tiene el tono más
alto que el macho, dependiendo esta diferencia de sonido de la abertura entre
las dos hojas.
Cada una de las hojas de una
castañuela puede dividirse en las siguientes partes:
-corazón: cavidad interior.
- concha: parte inferior y redondeada de la hoja.
- orejas: constituyen la parte superior de la hoja, con dos orificios por donde pasa el cordoncillo o cabo que sujeta las dos hojas entre sí, y luego al dedo pulgar o medio de la mano (según la fijación).
- puente: es la parte más estrecha del instrumento, el enlace entre las dos orejas. También se llama bisagra. - punto: es el sitio donde se tocan ambas hojas, en la base de la concha. De él depende en gran parte la calidad del sonido.
- labio: es la franja comprendida entre el círculo que limita el corazón y el borde de la concha. Algunas veces posee un pequeño relieve en forma de "escudo", que separa las orejas de la hoja.
- concha: parte inferior y redondeada de la hoja.
- orejas: constituyen la parte superior de la hoja, con dos orificios por donde pasa el cordoncillo o cabo que sujeta las dos hojas entre sí, y luego al dedo pulgar o medio de la mano (según la fijación).
- puente: es la parte más estrecha del instrumento, el enlace entre las dos orejas. También se llama bisagra. - punto: es el sitio donde se tocan ambas hojas, en la base de la concha. De él depende en gran parte la calidad del sonido.
- labio: es la franja comprendida entre el círculo que limita el corazón y el borde de la concha. Algunas veces posee un pequeño relieve en forma de "escudo", que separa las orejas de la hoja.
En la construcción de
castañuelas se han empleado muchos materiales diversos, como el metal, el
marfil, el hueso, la madera o la tela prensada. Pero el material que siempre se
ha adaptado mejor a las necesidades de este idiófono es la madera.
Se pueden hacer palillos de boj, nogal, haya, palo santo, palo rosa,
ébano, roble, castaño... Sin embargo el material que reúne las condiciones
ideales de dureza y sonido es el granadillo, madera importada de América del
Sur y de África, que ya se empleaba en el siglo XVIII y que todavía hoy se
mantiene a la cabeza de la demanda de los profesionales.
Cada instrumento
esta hecho a mano y conforme al tamaño de la mano de su usuario.
Sean cuales
fueren sus características, las castañuelas deben ser templadas para que
alcancen la plenitud de su sonoridad. Esto se logra únicamente haciéndolas
sonar durante horas y horas. Luego hay que tomar ciertas precauciones: no hay
que dejar las castañuelas "desnudas" después de haberlas usado, sino
que se deben introducir en su funda, puesto que son muy sensibles a cualquier
cambio de ambiente. Tanto las temperaturas extremas como la humedad les son muy
perjudiciales, y pueden ocasionar su resquebrajamiento y rotura.
La castañuela entró en la
catedral de Sevilla durante el siglo XVIII, donde fueron incorporadas por los
"seises" a ciertas ceremonias religiosas, para celebrar la fiesta del
Corpus Chirsti y la de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. La palabra
"seises" aparece en la literatura española a partir de 1439,
designando a un grupo de niños que cantaban y bailaban como expresión religiosa
a la imagen de Dios. Existen documentos de 1667 que describen por primera vez
sus trajes de estos niños y sus bailes acompañados de castañuelas.
Este estilo
español de tocar castañuelas se utiliza con poca frecuencia por una orquesta
sinfónica, no solo porque son difíciles de utilizar y dominar sino también
porque hay pocos concertistas profesionales de castañuelas en el mundo.
Normalmente las orquestas utilizan dos conchas unidas a un palito que el
maestro percusionista hace vibrar.
Las castañuelas
tienen también su duende, “LA ARGENTINA” supo hacerlas repicar con la mayor
variedad y misterio.
Vicente Escudero mas investigador que revolucionario
las construyo de hierro, aluminio y bronce.
Marienma las colecciono, posee unas de marfil y otras
de la gran Antoña los palillos, las castañuelas, los crótalos, no tienen
origen.
Roma vio bailar a los gitanos, actualmente cuesta
trabajo encontrar un artesano que sepa hacerlas, se recuerda como un artista al
palillero Martínez que se estableció en Berlín, Anicanor que trabajo en Chile,
en Madrid a Víctor Galiano, las construyo para los mejores bailarines y
bailarinas como Antoña Pilar López, Marienma, Rosario Carmen Amaya, José Greco,
La Onica, Manuela Vargas. Quince años haciendo castañuelas le confiaron una
categoría indiscutible de maestro. Educo sus oídos para percibir sutileza de
sonidos, acierta al dar a cada castañuela el tono que le piden y para ello hay
que estar en el secreto conocer el duende de la madera, las que se emplean son,
de una gran pureza, las de madera americana, sin poros, el guayacan.
Granadinas, cubanos, granadillos de Canadá o Alemania, el Ebano, palo santo,
cocolado, palo rosa, palo violeta, el ébano de macasan y las de cristal.
Algunos autores
conciben el aprendizaje del toque de la castañuela como instrumento musical en
si mismo. Sin quitarle el mérito a concertistas como Lucero Tena, José de
Udaeta o Emma Maleras resaltamos la falta de estudios teóricos sobre la
coordinación de las castañuelas con el movimiento. Se necesita una
independencia motriz, así como sentido del ritmo y musical.
Al hablar de baile español, se piensa en las
castañuelas, que dan ese carácter peculiar y único, que no tiene otro baile
sobre la tierra.
El acompañamiento simultaneo de percusión ejecutada
por el propio bailarín, como es el caso de las castañuelas en cualquiera de sus
variantes, es otra dificultad añadida que precisa de una preparación progresiva
no diferente a la de cualquier otro instrumento musical, con un trabajo
personal aparte de la enseñanza tutelada.
Las castañuelas se emplean generalmente en música
(para dar ese carácter español) como en Carmen de Bizet, la Rapsodia España de
Chabier, y el Ballet El Cid de Massenet.
Wagner escribió para las castañuelas la música de
Venusberg en Tannhauser (1861). También ayudan a establecer el ambiente de la
escena en la danza de los Siete Velos en Salome de Richard strauss. Britten las
empleo en su "Hacemos una Opera", donde imitan el grito de un pájaro
en la noche. También utilizan con frecuencia para apoyar la estructura rítmica,
como en el Tercer Concierto de Piano de Prokofiev.
Las Castañuelas se consideran quizás el más
sofisticado de los instrumentos de percusión.
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